Fotografía: Alberto Sánchez (@eies17) |
Calles abarrotadas de rutinas,
ruidos y locura.
Nunca antes,
rodeada de tanta gente,
me había sentido tan sola.
Paro y espero
a que alguien me atropelle;
pero nadie lo hace,
es al arte de la prisa.
Mareas humanas
que me arrastran
por las calles
de Madrid.
Intento acompasar el movimiento de la ciudad
con el de mis manos,
que se quieren revelar.
No me explicaron
que el aire no se coge,
se acaricia.
Un día más,
llegaré tarde
a mi ya inexistente cita clandestina.